En el Día de la Patrio Argentina reflexionamos acerca del rol de las empresas en la construcción de ciudadanía y la importancia de gestionar con transparencia.
Si entendemos a la Responsabilidad como la capacidad de responder, la transparencia corporativa es la forma en que las empresas asumen su compromiso de respuesta con los distintos stakeholders. Así, las políticas empresarias que promueven este valor están destinadas a informar a la sociedad sobre sus actividades comerciales y financieras, su gestión, sus resultados y su aporte a la sociedad a través de la Responsabilidad Social Empresarial. Esta comunicación no sólo debe tomar en cuenta lo que la empresa considera estratégico divulgar (sus acciones, sus diferenciales, sus logros y desafíos) sino que debe brindar información valiosa, veraz y eficaz a los intereses de sus públicos, los cuales debe relevar de forma previa al diseño de un reporte de sustentabilidad corporativa.
La adopción cada vez mayor de normas y estándares internacionales que permiten la comparabilidad de información entre diversas compañías, colabora en este sentido con la profundización de las políticas alineadas al valor de la transparencia, tanto en sus ámbitos internos como externos. Una empresa que asuma este compromiso debe gestionar procesos clave: por un lado debe brindar canales de acceso a la información (haciendo públicos sus informes y respondiendo a las inquietudes de sus grupos de interés) y por otra parte debe facilitar canales de denuncia de situaciones que intenten menoscabar la transparencia corporativa tomando acciones en concreto sobre estas fallas.
En palabras de Bernardo Kliksberg, la Responsabilidad social empresaria significa buen gobierno corporativo, por lo cual “ya no se admite que no haya transparencia, cuentas claras ni posibilidades reales de participación de los pequeños accionistas, ni que haya por ejemplo distancias siderales entre los sueldos que se autopagan los CEOs de las organizaciones, convenciendo a su consejo de dirección, y las remuneraciones normales de los ciudadanos comunes”. La transparencia es hoy una exigencia social y las empresas al asumirla reducen la incertidumbre sobre su accionar, fortalecen su imagen positiva pero sobretodo contribuyen a la construcción de una ciudadanía consciente y activa en la erradicación de la corrupción, la lucha contra la evasión fiscal y el consumo responsable, entre otros aspectos.
Según Gonzalo Vargas Forero “La RSE tiene potencial para ampliar el rango de garantías que los ciudadanos pueden exigir ya no sólo frente al Estado sino también frente a las firmas y en general a las distintas organizaciones que influyen de un modo u otro en sus condiciones de vida”
Si la gestión empresaria toma esta dirección entonces la evolución hacia el desarrollo sostenible será más efectiva, motivando tambien a Estados y otras organizaciones a contribuir conjuntamente en el mismo sentido.
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