27 agosto, 2024 By Moverse2 No comments yet Diplomatura en Innovación Social y Desarrollo Sostenible, economía circular, residuos, triple impacto.
Como punto de partida, no podemos perder de vista que el planeta que habitamos contiene una cantidad finita de recursos y nos encontramos consumiendo más de lo que nos corresponde por generación.
Según estimaciones de la Red Global de la Huella Ecológica (Global Footprint Network en inglés), organización de investigación que reúne científicos y expertos internacionales, este 2024 el “Día de Sobregiro de la Tierra” fue el 1 de agosto, fecha en que la demanda de recursos y servicios ecológicos por parte de la humanidad ha excedido lo que la Tierra podía regenerar este año. Esta fecha se adelantaría al 20 de junio si todos los países consumieran como Argentina.
En este contexto, una realidad es inminente: es necesario un cambio de paradigma. Razón por la cual surge en los años 90 el concepto de economía circular. Pero… ¿de qué se trata?
Este modelo nos invita a abandonar la visión de sistemas lineales de producción, estigmatizados como cajas negras donde ingresan recursos, salen residuos y se producen bienes, para implementar, en cambio, sistemas integrales y eficientes con amplia percepción de su cadena de valor, auto gestionables, capaces de evaluar el impacto económico, social y ambiental que generan en su entorno.
Para apropiarnos de este concepto e implementarlo se debe comenzar con un proceso de cambio estratégico, acompañado de los esfuerzos mancomunados de todos los actores involucrados en la cadena de valor, que permita generar como resultado la eficiencia en la utilización de recursos, alianzas estratégicas, oportunidades de mejora en competitividad, espacio para la innovación y reducción de riesgos desde sus tres dimensiones social, económica y ambiental.
Si bien pareciera un desafío a largo plazo, hay quienes actualmente se encuentran comprometidos con este modelo, siendo parte del cambio, demostrando que si es posible. Tales son los casos de:
a) GRUPO ASEGURADORA LA SEGUNDA. Una compañía con más de 90 años de trayectoria en nuestro país brindado servicio de seguros patrimoniales, y que en el año 2022 inició su compromiso con la sustentabilidad, implementando una estrategia enfocada en el modo que tratan sus residuos, el uso de materiales reciclados, y el desarrollo comunitario, siendo sus objetivos alcanzar la carbono neutralidad para el año 2028 y ser líderes en sustentabilidad para el 2030.
Si bien asumir esta estrategia para una empresa que brinda servicios de seguros representa un gran desafío, lo cierto es que ello no ha sido obstáculo para llevarla a cabo a paso firme. Inspirador en crear una nueva imagen de marca, iniciaron una campaña de re-branding proyectada en distintas etapas y con una duración de tres (3) años (2022 a 2024), siendo la innovación y la sostenibilidad pilares protagonistas en este relanzamiento. Grupo Asegurador La Segunda lanzó su iniciativa “Segunda vida: Programa de Economía Circular y revalorización de descartables” con la finalidad de otorgar tratamiento adecuado a los materiales de descartes de cartelería y promoción, dándoles una segunda vida al reinsertarlos en la producción.
Dentro de las actividades llevadas adelante por este programa, una de la que más destacada es la recuperación de 1017 kg de lonas de banners que han dado lugar a producción de más de 300 productos entre mochilas, bolsones, cartucheras y otros, permitiendo trabajar en conjunto e incorporar a la cadena de valor de proveedores mujeres costureras de alrededor de nueve provincias, y generar un vínculo con comunidades vulnerables al hacer entrega de estos elementos. Se evidencia a través de este programa los beneficios ambientales, sociales y económicos que surgen de su implementación.
Otro hito para la compañía ha sido la construcción e inauguración de “Núcleo”, un complejo emplazado sobre un predio de 15 hectáreas sobre la Ruta Nacional 12 que une Rosario-Buenos Aires, pensando y ejecutado desde un enfoque sustentable: utilización de energía térmica del subsuelo para mejorar la temperatura del aire; instalación de pisos refrescantes para reducir el consumo de energía eléctrica; de estaciones para la separación de residuos y superficies verdes en techos y terrazas; de paneles solares y reservorio especial que recolecta el agua de lluvia para abastecer los sanitarios; destacándose que en el predio se plantaron unos 85 árboles nativos que se sumaron a la vegetación existente.
b) NODO TAU. Es una asociación civil sin fines de lucro que surge en el año 1995 con la visión de disminuir la brecha digital haciendo posible la llegada herramientas informáticas y conectividad a organizaciones sociales. Sin embargo, a medida que los equipos iban siendo reacondicionados y utilizados en centros comunitarios, empezaron a observar la llegada de equipos que no se podían recuperar.
Lejos de quedarse con la idea de que éstos debían ser desechados, integrantes de la organización inician una búsqueda de soluciones a este nuevo desafío que se les había presentado: qué hacer para evitar los eventuales daños ambientales que pueden provocar por los RAEE a la vez de aprovechar los valiosos recursos que contienen. Es así como en el año 2019, se inaugura en la ciudad de Rosario la Planta de Gestión de Residuos Informáticos, equipada con tecnología especializada, por la que se brinda una gestión confiable a los llamados RAEES (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos). Los RAEE son los Residuos Sólidos Urbanos que más crecen por año y se espera un incremento del 56% para 2030.
Nodo TAU no sólo es pionera en el cuidado del medio ambiente y en el fortalecimiento de la inclusión social, educación y generación de empleo, sino que además, desde la organización trabajan en conjunto con otras instituciones generando alianzas estratégicas con sectores públicos y privados. De allí surge el proyecto FEM Recicla, integrado sólo por mujeres, quienes se dedican a dar correcto tratamiento a los tonners en desuso proveniente de impresoras y equipamientos de empresas.
Estos ejemplos nacen como respuesta al interrogante de dos organizaciones de qué hacer con sus residuos y el destino que se les daba para ser reutilizados, convirtiéndose en referentes en la implementación de estrategias de triple impacto, demostrando que, si se apuesta con convicción a una mirada alternativa, innovadora y disruptiva, es posible virar al enfoque sistémico de la economía circular para aquellos procesos que hoy se encuentran vigentes y deben ser transformados, sirviendo al mismo tiempo de inspiración a quienes se encuentren emprendiendo para asumir desde el inicio de sus proyectos el compromiso de diseñarlos con una visión de triple impacto.
De la cuna a la cuna es un concepto que nació a principios de la década del 2000 y que propone crear sistemas de producción en el que todo esté pensado para ser reutilizado. Porque cerrar de manera responsable los ciclos de vida de los productos es lo que como sociedad nos compete. El planeta por sí sólo en su ciclo natural lo realiza y ese debe ser nuestro mayor ejemplo.
Son muchos los desafíos por delante, incluido en la faz normativa donde aún está pendiente el dictado de una Ley de Presupuestos Mínimos de Responsabilidad Extendida del Productor, consistiendo dicha responsabilidad en el deber de cada uno de los Productores de responsabilizarse objetivamente por la gestión integral y su financiamiento, respecto de los productos puestos por ellos en el mercado nacional que devengan residuos. Aspecto que internacionalmente viene en auge y cada vez abarca a más áreas de la industria, siendo alguno de sus objetivos mejorar el diseño de los productos (elección de materiales, reducción de tamaño, peso y energía que consume) y sus sistemas (tecnologías de reciclaje, logística inversa, estrategias de mercado), e incrementar su vida útil y posterior reutilización o reciclaje.
Sin dudas que este es un camino extenso de recorrer y que necesariamente requiere de la participación de distintos actores del sector público y privado, lo que permitirá multiplicar alianzas estratégicas y generar respuestas eficientes a las demandas crecientes de la sociedad en sus distintos roles como ciudadanos y consumidores.-
Por: Ing. Ziomara Mathey-Doret y Dr. Eric J. Schneider
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