Hoy, el reto es integrar la economía circular no solo en nuestros hogares, sino también en sectores de rápido crecimiento como la gastronomía, que, según el INDEC, representó el 2,12% del PBI argentino en 2023. Este sector, con su considerable impacto social y ambiental, genera desechos cuyo manejo adecuado es clave para la sostenibilidad.
¿Cuál es el impacto ambiental de tu plato favorito?
Uno de los residuos más problemáticos de la industria gastronómica es el Aceite Vegetal Usado (AVU), que representa entre el 10% y el 30% de los residuos del sector de alimentos y bebidas. Sin un manejo adecuado, el AVU causa contaminación significativa; se estima que un solo litro puede contaminar hasta 1,000 litros de agua. En Argentina, buena parte de este residuo termina en sistemas de desagüe, obstruyendo cañerías y afectando los ecosistemas acuáticos al bloquear la luz y el oxígeno en cuerpos de agua, lo cual perjudica la flora y fauna subacuática.
Con la economía circular, existe la oportunidad de transformar el AVU en productos útiles, reduciendo así su impacto ambiental. Este residuo puede utilizarse como materia prima para otros procesos, destacándose en la producción de biodiésel y, en menor medida, en jabones, detergentes, velas, ceras y lubricantes.
En el año 2021 nace ESPUMA, una cooperativa con la misión de reconectar el tejido social, de acompañar la adaptación de una sociedad que emergió de una pandemia, realizando jabones y detergentes con aceite usado de cocina.
ESPUMA: Un caso de éxito en economía circular
De este modo, Nicolás uno de sus fundadores, que ya practicaba la jabonería decidió invertir sus conocimientos en desarrollar la fórmula de jabones y detergentes, que fueran biodegradables. Esta obtuvo la certificación del CONICET, la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional del Litoral.
De este modo, esta organización fomenta la economía circular basados en los valores del cooperativismo, la inclusión, la calidad y la educación.
La educación, como medio principal para la inclusión social. Llevan las enseñanzas a diversas comunidades que reciben formación durante tres meses, al cabo de los cuales cuentan con la capacidad y herramientas para iniciar un negocio digno, sostenible, y con propósito.
Hasta la fecha, se han implementado 29 jabonerías barriales en 11 provincias, impactando a más de 2,000 personas.
Sin embargo, todos podemos ser una burbuja más que coopere a formar espuma.
Colaboración empresarial para fomentar el cambio
Diversas empresas y cooperativas se suman generando talleres de promoción ambiental, patrocinan una jabonería, generan puntos de acopio de ACU, tratan sus residuos, o utilizan los productos finales de Espuma.
Tal es el caso de AFA, que vincula a Espuma con colegios, y educa a alumnos de 4to y 5to año en la materia. De este modo, trabajan por la recuperación del aceite que ellos mismos producen. Así operan la Responsabilidad Extendida del Productor, el cual es un principio de gestión ambiental que implica que los productores y comercializadores de productos que generan residuos, especialmente aquellos de difícil tratamiento o con alto impacto ambiental, asuman una responsabilidad adicional sobre la disposición final de esos residuos. Si bien en la provincia de Santa Fe, no hay obligación expresa al respecto, se promueve el REP en general y permite que los municipios regulen el manejo de residuos especiales.
En ciudades como Rosario, donde el aceite usado es recogido para convertirlo en biodiésel, los grandes generadores (restaurantes, hoteles, etc.) tienen la obligación de disponer del aceite a través de los programas de gestión autorizados, para asegurar su correcto tratamiento.
Es por eso, que hasta la fecha no era posible captar el AVU proveniente de grandes generadores, lo cual motivó a Espuma y sus integrantes a pugnar por una normativa que les permita ser agentes de recolección, almacenamiento, transporte y manipulación.
El 3 de octubre de 2024, fué un gran hito la sanción de la Ordenanza N° 10.677, ya que la misma nace con el objeto de reconocer el AVU como una materia prima per sé y no un residuo que requiere tratamiento especial.
Aún pendiente de ser reglamentada, la misma, amplía la cadena de valor, abre el abanico de productos que pueden ser creados a partir del mismo y sobre todo permitirá al gran generador elegir de manera consciente donde entregar su AVU y acompañar a una causa que pueda hacer propia.
Un evento para celebrar y transformar juntos
Este avance representa un gran paso no solo para ESPUMA, sino también para la sociedad. Para celebrarlo, el próximo 4 de diciembre, de 18:00 a 21:00 hs., el Espacio Cultural Universitario se transformará en el Banco del Agua, un espacio en el que se mostrará el proceso productivo completo y se recolectará AVU. Se invita a empresarios, jóvenes y miembros de la comunidad a participar en esta experiencia de transformación.
¿Te sumas a ser parte del cambio?
Por Julieta Fassi
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