La visión del Banco de Desarrollo de Aca Latina y una nueva herramienta para medir la equidad de género en las empresas
Si las mujeres se incorporaran masivamente al mundo laboral, el PIB de la región aumentaría hasta un 34%”. Así lo afirman desde CAF-Banco de Desarrollo de America Latina donde sostienen que está comprobado que la participación plena de las mujeres en la vida pública -desde actividades económicas y políticas hasta legales- tiene enormes beneficios para todas las sociedades.
Teniendo en cuenta el potencial de las mujeres para dinamizar la economía de los países, parece evidente que apostar por su empoderamiento económico es una vía eficiente y segura de garantizar tasas de crecimiento sostenibles. Pero en América Latina, donde solo el 50,3% de las mujeres participan en actividades económicas (los hombres lo hacen en un 78,9%), todavía queda un largo camino por recorrer.
Hoy en día persisten barreras sociales, económicas y legales que impiden a las mujeres desplegar todo su potencial y participar de forma plena en la vida pública. Por ejemplo, en América Latina las mujeres ocupan sólo una cuarta parte de los cargos públicos de los poderes estatales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), mientras que en países como Finlandia, Islandia, Holanda y Suecia su representación parlamentaria asciende al 40%. Además, pueden ganar hasta un 19% menos que los hombres al desempeñar un mismo trabajo.
“La dependencia económica y la insuficiencia de ingresos son dos de los factores que más inciden en la permanencia de las mujeres en situaciones de violencia y en la perpetuación de las desigualdades. Por eso, para combatir eficientemente las desigualdades de género en América Latina es imprescindible apostar por el empoderamiento económico de las mujeres.”, afirma Violeta Domínguez, coordinadora de la unidad de género de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina.
De todas formas, los expertos coinciden en que es imprescindible sumar acciones legales y políticas a las medidas de empoderamiento económico y de liderazgo de las mujeres. En otras palabras, es necesario apuntar a su autonomía económica, física y política. A pesar de que 20 países de América Latina y el Caribe cuentan con leyes de violencia contra las mujeres, sólo en ocho se asignan recursos específicos en su presupuesto nacional. Además, 14 países han tipificado el delito de feminicidio, pero solo dos lo han establecido como un homicidio agravado por razones de género.
“Gobiernos, empresas y sociedad civil deberán trabajar en conjunto para que las medidas sociales, económicas, jurídicas y legales que actualmente se llevan a cabo sean eficientes y tengan un impacto positivo en todas las esferas sociales y políticas”, explica Domínguez.
Existen varios ejemplos en el mundo de cómo pueden reducirse las desigualdades de género. Entre los más destacadas están establecer cuotas de participación en espacios de toma decisiones tanto en lo político como en lo económico; generar sistemas de financiación dirigidos a la formación política de mujeres, para garantizar su capacidad al asumir roles de liderazgo; o impulsar reglamentaciones orientadas a que los partidos políticos incluyan la paridad de género en sus estructuras orgánicas internas.
El problema de la desigualdad de género afecta no solo a las mujeres, sino al conjunto de la sociedad, a la economía y al desarrollo de los países. Por esta razón, si pretendemos que América Latina sea una región más democrática e igualitaria en un futuro cercano, será imprescindible concienciar a todos los ciudadanos acerca de la trascendencia de la equidad de género.
ONU LANZO HERRAMIENTA PARA MEDIR LA EQUIDAD DE GENERO
¿Por qué es importante la equidad de género? Este tema está intrínsecamente ligado al desarrollo sustentable y es vital para garantizar el ejercicio de los derechos humanos. El objetivo general es construir una sociedad en la que mujeres y hombres disfruten de las mismas oportunidades, derechos y obligaciones en todas las esferas de la vida. La igualdad entre hombres y mujeres existe cuando ambos sexos…
El Índice de Equidad de Género (IEG) ha sido desarrollado para medir situaciones que son desfavorables para las mujeres. Facilita comparaciones internacionales clasificando países, basándose en tres dimensiones de indicadores de inequidad de género: educación, participación económica y empoderamiento.
El 15 de marzo, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU) lanzó una herramienta llamada Gap Analysis. Esta plataforma en línea ayuda a los líderes empresariales mundiales a identificar fortalezas, brechas y oportunidades para mejorar la equidad de género y el empoderamiento de la mujer en el lugar de trabajo, y dentro de los mercados y comunidades a los que sirven. Más de 170 empresas de todo el mundo participaron en el diseño de la herramienta, la cual ya se encuentra disponible (versión en inglés) en este link
Esta plataforma ofrece una evaluación del progreso de una compañía en el avance de la igualdad de género, perfilando a las empresas como “Principiante”, “Mejorador”, “Triunfador” o “Líder”.
El Gap Analysis ayuda a las empresas a:
Sus objetivos son:
El uso de esta herramienta incluye tres fases:
1. Identificar el estado futuro de la empresa
2. Analizar la situación actual de la compañía
3. Identificar cómo cubrirás la brecha
La Herramienta de Análisis de Diferencias de Género de WEP ayuda a la comunidad empresarial global a identificar brechas en la equidad de hombres y mujeres, y les permite tomar decisiones informadas sobre el establecimiento de metas y estrategias.
Fuentes: CAF.com, Expoknews.com
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